Aportamos calidad sin entrar en la guerra de precios
30/9/2012 - Voz de Galicia - De vinos
Texto: J.M. Orriols
Jóvenes bodegueros
Miguel Moreira estudiaba ingeniería técnica agrícola en Lugo, pero su pasión era la enología. Por ello se preparó en un centro especializado en Ponteareas y comenzó a trabajar en lo que en realidad le atraía: el mundo del vino. Después de trabajar en varias bodegas españolas, pensó que había llegado el momento de elaborar su propio vino y con dos socios más, se lanzó a la aventura de crear la marca Mar de Envero, alquilando parte de una bodega y comprando y controlando la producción de uvas de sus proveedores.
«Fue un poco locura - explica Miguel - pero la ilusión puede con todo y así, poco a poco, nos fuimos haciendo un hueco en el mercado con un vino de calidad, poca producción y un precio razonable, aunque nunca podremos entrar en esa guerra de precios de las grandes bodegas»
Una iniciativa tan arriesgada como novedosa.
La idea surge por lo que vi en otros países, no inventé nada, pero me pareció interesante y sobre todo realizable y con futuro. En unos tiempos tan difíciles, es cierto que partimos en desventaja con respecto a los que ya están establecidos, pero no lo es menos que conseguimos, a base de trabajo, ilusión e imaginación, mucho para tan poco tiempo. Nuestro mercado natural es el español, pero ya tenemos clientes en México, Reino Unido, Suiza y Japón, lo que nos da ánimos para seguir adelante. Galicia tiene un gran potencial en el mundo del vino y nosotros vamos a aprovecharlo.
Y llegar a tener vuestra propia bodega.
Estoy seguro que lo conseguiremos, porque nos apoyamos en la máxima calidad y la innovación. Tenemos dos vinos, el Mar de Envero y el Troupe, con una misma base, pero con distintas formas de elaboración. El primero es un vino que me lleva un año elaborarlo, porque hago una crianza sobre lías, que son las levaduras naturales de la fermentación y que le dan al vino estructura, cuerpo y más duración en el tiempo. El Troupe es un vino joven, una explosión aromática de frutas de hueso, manzana verde, suave, limpio y fresco que, al neófito, le suele gustar más. Es un vino más apto para el chateo que tanto se hace en Galicia y que su propio nombre, inspirado en los años veinte, ya nos adelanta que es el ideal para compartir con los amigos, con la tropa. Nació realmente, porque el cliente nos lo pedía.
Supongo que toda esta ilusión tendrá un objetivo ¿En que está trabajando el enólogo?
Tengo muchas ideas y proyectos, pero me gustaría poder trabajar con variedades autóctonas, elaborar vinos exclusivos,conseguir ese vino gallego ideal que tengo en la cabeza. Lo que ocurre es que tengo que bajar a la realidad y pensar que lo que no es rentable, hoy por hoy, no es viable.
