Una pasión como
forma de vida
Mar de Envero es una bodega que, desde su fundación en el año 2007, elabora vinos gallegos únicos, con tipicidad y personalidad propia. Tras liderar proyectos singulares en diferentes denominaciones de origen, su elaborador Manyo Moreira retorna a Galicia, una tierra en la que por suelo, clima y variedades de uva, encuentra el carácter y la elegancia que necesita para sus vinos.
Nuestro trabajo arranca en el campo, donde aplicamos las labores de viticultura necesarias para conseguir una excelente calidad de uva, minimizando de esta forma los procesos de elaboración realizados en la bodega.
El carácter de los vinos está marcado por la influencia del Atlántico y las particulares características de nuestros terrenos. Todos los cuidados procesos que aplicamos, tanto en la viña como en la bodega, contribuyen a convertir los vinos en un verdadero reflejo del potencial que ofrecen nuestras variedades de uva autóctonas.
El nombre
Cuando el elaborador de nuestra bodega se encontraba ampliando sus conocimientos de viticultura en O Rosal —subzona de la D.O. Rías Baixas—, se sorprendió al toparse con un peculiar paraje. Se trataba de un área de viñedos en la que la superficie foliar de los emparrados se situaba en una cota inferior a la del camino, y este follaje se extendía de forma ondulante, como formando olas verdes que se fundían en el mar.
Curiosamente este encuentro se produjo en agosto, justo cuando se produce el ansiado envero, un fenómeno en el que la uva se dulcifica y cambia su color, tornándose en un solo día amarillenta la blanca y oscura la tinta, proporcionando así al racimo el característico tono de la maduración.
Es normalmente el sol de agosto lo que propicia este hermoso fenómeno que tiñe de colores los viñedos y juega con los contrastes, y es hacia el final del verano cuando la naturaleza nos regala este instante mágico de paisajes cambiantes, de exuberantes racimos abriéndose paso entre las hojas de las cepas, y nos sorprende con el dulce sabor de las uvas que, unas horas antes, solo eran verdes granos cargados de promesas.
La bodega
Nuestra bodega ha sido pensada, diseñada y construida con el objetivo de ceder todo el protagonismo al vino, ofreciendo espacios prácticos y cómodos tanto para elaborar como para conservar y, así, obtener la mejor expresión de nuestras uvas.
La edificación, alzada en hormigón, mantiene soterrada la zona de elaboración, favoreciendo una mayor estabilidad térmica y eludiendo los cambios bruscos de temperatura que afectan a la correcta evolución de los vinos.
La zona de recepción de uva, por su parte, se ha mantenido en una posición elevada. De esta forma se aprovecha la acción de la gravedad y se evita el bombeo del mosto hacia los depósitos, lo que permite lograr un triple objetivo: ahorrar energía, reducir la huella de carbono y eliminar la dependencia de maquinaria en este proceso.
En cuanto a los residuos orgánicos generados con nuestra labor, especialmente durante la vendimia —hollejo, pepitas y raspón—, procuramos emplearlos como abono para nuestras fincas. Nos guiamos en este sentido por una filosofía que busca el movimiento circular y la sostenibilidad, tratando de devolver a la tierra lo que ha salido de ella.
El elaborador
La vida de Manyo Moreira, elaborador de la bodega Mar de Envero, parecía encaminada hacia el deporte, ya que desde muy joven la práctica de skate, surf, kayak o baloncesto ocupaban la mayor parte de su tiempo de ocio. Sin embargo, volviendo la vista atrás, no olvida que desde pequeño vivió rodeado por el mundo del vino, pues sus padres regentaban una taberna muy próxima a la catedral de Santiago de Compostela, que era parada obligatoria para los estudiantes de la ciudad. Años después, en la universidad, descubrió el vino ya no desde una perspectiva social o hedonista, sino desde el conocimiento científico. De hecho, un día se sorprendió deseando llegar a casa para profundizar en la asignatura de enología, algo que no le había pasado nunca con el resto de temáticas de su especialidad.
Tras finalizar sus estudios de vitivinicultura, Manyo inició un periodo de prácticas en una bodega situada en Valtuille de Abajo, un pueblo con mucho encanto de la D.O. Bierzo. La bodega decidió contratarlo pasado el periodo de prácticas y, desde entonces, no ha dejado de hacer vino y ampliar sus conocimientos en elaboración y comportamiento de uvas como la prieto picudo y la albarín en la D.O. Tierras de León, la mencía y la godello en la D.O. Ribeira Sacra, o la caíño y la treixadura en la subzona de O Rosal de la D.O. Rías Baixas, denominación en la que acabaría asentándose definitivamente.
Su pasión por el vino y espíritu inconformista no solo le animan a probar vinos de todo el mundo para aumentar su bagaje y ampliar sus horizontes, sino que también le llevan a plantearse nuevos retos enológicos y vitícolas que, en algunas ocasiones, materializa en forma de cuidadas ediciones limitadas.